La Sangre Derramada
Ecos de la Tauromaquia de Sánchez Mejías en García Lorca
León Sillero, José Javier
Ignacio S nchez Mej¡as le confes¢ en una ocasi¢n a un periodista quesu sue¤o era torear en Nueva York, ciudad sin coso taurino niverdaderas plazas (ni siquiera urban¡sticamente hablando) pero conmuchos foros pugil¡sticos, estribos del intercambio y el debateart¡stico modernos. Nunca lo hizo, nunca tore¢ en su cuadr¡cula, peros¡ dict¢, en uno de los salones de Columbia University, una vibrante y brillante conferencia sobre tauromaquia, El pase de la muerte, quesembrar¡a una frtil semilla en los que lo oyeron, y muy se¤aladamente en Garc¡a Lorca. Aquel texto influy¢, tal vez como ning£n otro, en la obra de perfil t urico y taurino de Federico, pero no solo aqueltexto: es posible establecer el magisterio y su progreso a partir delmomento en que espada y poeta se conocen e intiman, en 1927. Alestudio de esa influencia en la poes¡a, la prosa, el teatro y losparatextos lorquianos se consagra la primera parte de este libro. Pero El pase de la muerte llevaba tiempo solicitando atenci¢n y cuidado,por su valor intr¡nseco y su calidad potica. De ah¡ que en unasegunda secci¢n se analice su historia y se reclame situarla en ellugar que le pertenece, estableciendo por vez primera sus ascendientes (de Piedras Albas a Santa Teresa y de esta a Miguel de Unamuno) yfijando, a partir de las p ginas conservadas del manuscrito, la copiaa m quina y las versiones dadas a la imprenta, su edici¢n cr¡tica, ala que sirve de complemento y marco la reproducci¢n facsimilar de losdocumentos originales. S nchez Mej¡as prepar¢ aquella charla en lahabitaci¢n del hotel Ansonia de Nueva York que compart¡a conEncarnaci¢n L¢pez J£lvez, la Argentinita, y lo hizo sin auxiliodocumental alguno, pero con una frescura, una elocuencia y unalibertad raras. Ni el lector taurino ni el antitaurino deber¡anprivarse de esta fiesta, que m s que nacional es cosmopolita.
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