El Duende, Hallazgo y Cliché
León Sillero, José Javier
Esta obra habla de la naturaleza del duende, los sinuosos y aundetectivescos caminos de su fábrica y sus cansados pero incansablesepígonos. La propia construcción de la palabra duende, desde que lalengua de Castilla lo acuña en el siglo XIII hasta que Lorca leimprime su definitivo valor estético-metafísico, es, en este sentido,un juego de laberintos con salida. Hay, digamos, un «duende de losdiccionarios» que ha sido malinterpretado, al haberse percibido comoidéntico al lorquiano, y que a partir de ahora exhibirá un itinerariodesbrozado. «Juego y teoría del duende» (1933) es, por un lado, unejercicio literario atractivo y complejo, impar y célebre, el másfecundo de los ensayos de Lorca dados en conferencia, pero tambiénexuberante y, en ocasiones, errabundo, que ha generado reiteración ypalabrería. En este trabajo queda desvelada una buena cantidad demisterios que el manuscrito lorquiano aún escondía. Existen trestipologías de duendes musicales anteriores a 1933, y resultan ser labase del de García Lorca. Estos tres duendes, diferenciados aunqueinterrelacionados, se identifican y caracterizan por vez primera.Losmás antiguos son estrictamente musicales, consisten en un tecnicismojergal y los atestigua y define Felipe Pedrell: son rigurosamenteinéditos. Extensión vocal de estos, y ya flamencos, son los quealentaban en la prensa liberal sevillana, concretamente en losartículos de Galerín, periodista, publicista y político cuya vida fueparalela a la de Federico. Quienes han reparado en ellos han errado en su comprensión, por haberlos leído con las poderosas gafascorrectoras lorquianas. Los terceros espíritus de la serie,aparatosamente tópicos, fueron promovidos por los hermanos ÁlvarezQuintero. Lorca los conocía bien, pero los Quintero, junto con Jacinto Benavente, eran sus bestias negras. Por último, este libro registra y analiza una docena de ropajes, atuendos o filiaciones que adopta,después de Lorca, un Duende ya muy Persona, a saber: pureza,gitanería, antigüedad, ruina, beldad de lo feo, amusicalidad, jondura, grandeza, verdad, mística, rajo y pellizco. Ratificando un empalago.Celebrando nuestra seducción.
Ver más