Friedrich Hayek
En la Encrucijada Liberal-Conservada
Baques Quesada,Josep
Hayek fue un hombre beligerante con sus antagonistas ideológicos. Un hombre enemigo de todo posibilismo, que siempre dio sobradas muestras de poseer una enorme coherencia tanto personal como profesional. Esa coherencia queda reflejada en su enemistad radical y sin matices para con el socialismo, en cualquiera de sus variantes. Y en su amistad para con un cierto tipo de liberalismo, de tintes bastante conservadores. Hasta el final de sus días se mantuvo alejado de los partidos políticos y de las periódicas disputas electorales que aquellos protagonizaban. Con toda seguridad, era plenamente consciente del impacto que su obra tenía en el escenario de las disputas políticas cotidianas. No se trataba, ciertamente, de un impacto aleatorio, sino que era el fiel reflejo de la posición del autor en el entramado de las ideas políticas de nuestro tiempo. En realidad, ni celebró el empleo que Churchill hizo de sus textos, ni se jactó de las conexiones existentes entre sus tesis y las políticas auspiciadas por Margaret Thatcher. Pero hay vínculos que no se pueden obviar, pese a los esfuerzos desplegados por el propio interesado. Quizá por ello en 1991 recibió la Medal of Freedom, a instancias del entonces presidente de los Estados Unidos, George Bush.