El Huerto de una Holgazana
Confesiones de una Aprendiz
Pera, Pia
Un jardín, un huerto ponen nuestro corazón en el futuro. Confiados, esperamos que nuestros cuidados desplieguen en el lienzo de la tierra el paisaje que hemos soñado, anhelado, planeado, nuestro vergel de felicidad, flores y frutos. Cediendo a un deseo antiguo, el de vivir en el campo, y gracias a una finca abandonada en Toscana, Pia Pera logra dejar atrás las inquietudes de la metrópolis y aprender a trabajar la tierra, cultivarse, llenar la despensa de verduras y serenidad.
A su llegada a la finca, se descubre «sumamente analfabeta», su única experiencia eran las macetas en los alféizares o en las terrazas de las casas de ciudad. La tierra abierta se presenta ante ella como una gran incógnita. El jardín es un lugar de contemplación, juego y experimentación libre, allí es más fácil desprenderse de todo lo que estamos condicionados a desear pero que nunca ha servido para hacernos felices. En este sentido es un paraíso, el Edén, territorio de despreocupación e inocencia. El huerto es distinto: con él alcanzamos cierta autonomía y revertimos un rumbo que está destruyendo nuestro planeta; pero reclama mucho más, un conocimiento profundo de las plantas, de sus exigencias. Trabajo y cuidados a cambio de alimento y energía. El huerto mismo se convierte en severo maestro, desvela de forma despiadada derrotas y fracasos y, justo por eso, enseña a afrontarlos. En esta obra, Pia Pera presta especial atención a este duro mentor, se torna su humilde aprendiz. Con todo, para ella, indómita, culta y curiosa, huerto y jardín forman una unidad. Excepcionalmente dotada para la armonía, tiene una ambición: conciliarlos.
Para hacerlo, nos envuelve también en literatura. De las jugosas guindas a Kafka, de la aventura de plantar los bulbos a Pasolini, de la exaltación de las tormentas a Goethe, de la «felicidad de las hojas» a Hodgson Burnett, de la gastronomía a Goncharov: la generosa escritura de Pia Pera refulge entre la horticultura, la botánica y la poesía, entreverando flores y frutos con amistad, sabiduría, sufrimiento, determinación y amor.