El Fuego del Fin del Mundo

Hace ya medio siglo desde que Wendell Berry decidi¢ renunciar a suplaza como profesor en la Universidad de Nueva York para volver a suKentucky natal. Sus colegas acad‚micos lo miraron horrorizados cuandoles comunic¢ su decisi¢n, y trataron de disuadirle al ver c¢mo uno delos pensadores y escritores m s l£cidos de su generaci¢n se iba avivir a unos pastizales. ¨Qu‚ se supone que vas a hacer all¡,Wendell?

Berry se fue al agreste Kentucky atrabajar y habitar unas pocas hect reas, y a formular desde aquellasupuesta periferia su pensamiento, vinculado de forma ¡ntima ycotidiana con la tierra y con su defensa. El tiempo parece haberledado la raz¢n. Fil¢sofo, novelista, poeta y campesino, es una figuraabsolutamente referencial en Estados Unidos, a la manera de unaconciencia ecol¢gica del pa¡s que parece hablar con la sabidur¡a, lacalma y la lucidez imprescindibles para enfrentarnos a un tiempomarcado por el ecocidio. Berry desaf¡a las categor¡as ideol¢gicastradicionales: las nociones asumidas de activismo y movimiento social, la eficacia misma de la pol¡tica a escala nacional y global. Hacia la derecha, denuncia el poder de las empresas y del capital que devorala naturaleza, hacia la izquierda, critica el individualismodesarraigado que privilegia la movilidad y el cosmopolitismo endetrimento de lo rural. En este conjunto de ensayos, Berry nos hablade autosuficiencia (material, pero tambi‚n moral), de las luchas endefensa de la cultura local, de la sobriedad feliz, del placer deltrabajo de la tierra, de su rechazo absoluto a cualquier noci¢n deprogreso, del abandono de la arrogancia, de la recuperaci¢n delasombro frente a la naturaleza? Su f¢rmula para una buena vida essencilla, y afortunadamente no pretende ser original: ve m s despacio, presta atenci¢n, realiza acciones y produce cosas que merezcan lapena, quiere a tus vecinos, ama tu hogar, no te alejes demasiado de‚l, conf¢rmate con menos, disfr£talo m s.