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de MUNTAÑOLA THORNBERG, JOSEP
de MUNTAÑOLA THORNBERG, JOSEP
La forma específica del suicidio de los arquitectos, como veremos, esmuy sutil, y se ejerce con toda impunidad e inconsecuencia, sin quepor ello sea menos letal. Muchas civilizaciones, otra vez LewisMumford fue el profeta, han muerto por no querer cambiar lascondiciones eco-sociales, explotan-do con tanta codicia la naturalezaque, a la postre, se autoaniquilaron.El/la arquitecto se suicida deuna forma muy sutil al «desactivar» lo nuevo en lugar de asimilarlo.Este sería el concepto fundamental del presente trabajo. Si ante unveneno «desactivar» es positivo, ante una medicina es un suicidio.Confundir la medicina con un veneno es la esencia del suicidio delarqui-tecto. Ya lo profetizó Platón, pero hoy, evitarlo, podría ser la única garantía para nuestra supervivencia como especie humana. Esteescrito no defien-de una única teoría o práctica arquitectónica tenida por verdad universal, eterna o indiscutible. No se defiende a losfundamentalismos, pero sí que se intentará denunciar teorías yprácticas, mayoritarias o minoritarias, que se consideran negativaspor su impacto sobre la calidad física, mental y social de lahumanidad.