Todas las Cartas que Jamás te Envié (ebook)
Jey Castedo
Tus brazos eran mi casa y no había nada mejor que llegar a casa, hasta que me echaste. No sé si alguna vez se os quedó algo por decir al terminar la relación con tu pareja, una amiga, un compañero, un familiar o un fallecido. En mi primera relación —y por ahora única, aunque esperemos que no se quede con ese número porque la vida da mil vueltas—; total, que con veinticinco años tuve mi primera relación y cuando terminé tuve muchas preguntas que al tiempo yo misma acabé respondiendo o al final opté literalmente por pasar de ellas, pero siempre pensé que yo fui la mala y que él no tenía culpa. Los primeros días sólo podía repetir en mi cabeza que lo había hecho todo mal, y recuerdo cada segundo de esos días, que no fueron pocos, echándome la culpa y escribiéndole cartas que jamás llegué a enviarle. Y entonces se me ocurrió la brillante idea de escribir un libro con esas cosas que no llegué a decirle y que me quedé con las ganas. Aquellas cosas que tanto me gustaron y las que no, tanto decepciones como ilusiones. Y aunque las primeras cartas están escritas por una persona que parece que se está a punto de morir por un hombre, al tiempo me di cuenta de lo mucho que me quería y lo mucho que valía. Con el tiempo, me di cuenta de que mi expareja era un narcisista que jamás supo ser capaz de reconocerlo, y espero que algún día lo reconozca y por su bien quiera cambiar. Me encantaría decir que ojalá fuera el amor de mi vida, pero los amores de tu vida no deberían comportarse como gilipollas. Si un día te quedas con ganas de decirle algo a tu ex, coge un papel un boli, lo escribes pero no se lo des, espérate un tiempo si realmente se lo quieres enviar o no. Agradezco a todas aquellas personas que participaron en este proyecto y por una parte lo siento mucho por que no hayan podido decir sus últimas palabras, pero descubrí algo, y es que la vida sigue, es maravillosa y que no tenemos que aferrarnos a gente que no nos hace bien, y que ir al psicólogo es lo mejor que existe en la vida. No deis la espalda a vuestros amigos y hablad con naturalidad, todos pasamos por un mal momento, pero nunca sabremos dónde está el amor de nuestra vida. No te aferres a aquello que no te hace bien, sigue adelante, sigue con tus sueños. Que nadie se pare a pensar en qué podría haber pasado si no hubiera hecho eso o lo otro, todos nos equivocamos y somos humanos, tenemos derecho a equivocarnos. Pero recuerda pedir perdón por aquello que hicimos. Mi ex jamás me pidió perdón por su narcisismo, por echarme de casa, por humillarme, por no defenderme, por dejarme tirada, por hacerme vivir en un sitio que no me gustaba, por las veces que me hizo sentir que era tonta, aunque por lo menos de lo único que sí me pidió perdón fue de levantarme la mano. Y siendo como es, eso es mucho. Eso sí, ni él ni nadie más lo volverá hacer.
Ver más