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de UTRILLA JULVE, MARÍA
de UTRILLA JULVE, MARÍA
Con el coraz¢n en un pu¤o, ech un vistazo a aquello que llamaban laArena. Las gradas estaban casi completamente llenas de gente, que seechaba sobre la barandilla, silbaba y ped¡a que comenzase el combate.Al otro lado de la pista de arena, hab¡a otra puerta, detr s de unareja met lica, igual a aquella en la que me encontraba yo. Percib¡ unmovimiento al otro lado, pero entre los barrotes no distingu¡a bienqu era. Los gritos del p£blico me pon¡an los pelos de punta. Era una sensaci¢n aterradora, y terriblemente emocionante a la vez. Quer¡an sangre, misangre. Esboc una sonrisa torcida, mientras me dec¡a que no se lo iba a poner nada f cil