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de GONZÁLEZ BUELTA, BENJAMÍN
de GONZÁLEZ BUELTA, BENJAMÍN
La experiencia de Dios no se da fuera de la realidad, evadiéndose enuna burbuja espiritual mediante técnicas sólo disponibles parainiciados. Vivimos en un mundo roto por injusticias abismales, en elque los pocos que concentran los beneficios de la riqueza y latecnología están separados de las inmensas mayorías empobrecidas porun abismo que cada día se ahonda más. La cultura que se genera hoy enlos países ricos llega hasta los rincones más apartados del mundoglobalizado, ofertando su cargamento de mercancías y su estilo devida, y choca con las culturas tradicionales, provocando dinamismosdesintegradores. El pluralismo religioso, presentado la mayoría de las veces a ráfagas fugaces de imágenes curiosas y exóticas en laspantallas de los televisores, no siempre genera escucha y acogida,sino recelo e inseguridad. La cultura, la religión, la ecología y lajusticia son en gran medida un campo de batalla.Nuestro desafío es orar en este mundo roto, porque la ruptura no es lo último de la sociedad ni de la intimidad personal. En esta coyunturatambién crece la obra de Dios como la dimensión más honda de larealidad y de toda persona.Necesitamos descubrir a este Dios personal, como Él también nosnecesita a nosotros y nos busca. Tenemos que disolver con la miradacontemplativa la cáscara dura o brillante de la realidad, paraencontrar a Dios y su reino como la verdad última y activa. Con él nos encontramos en la intimidad contemplativa y en la accióntransformadora. Si atravesamos no sólo una época de cambios profundosy acelerados, sino un "cambio de época", necesitamos una nueva mística y una nueva ascética.