NOVELAS II 1959-1993 OBRAS COMPLETAS II (Libro en papel)

1959-1993

de ONETTI,JUAN CARLOS

Sinopsis

Este volumen re£ne las novelas de madurez, desde Para una tumba sinnombre (1959), que Onetti comenz¢ a escribir a comienzos de los a¤oscincuenta, hasta Cuando ya no importe (1993), la £ltima de todas,publicada pocos meses antes de la muerte de su autor. Se trata de unlargo periodo de tiempo que marca -por decirlo con palabras que emplea Jos‚ Manuel Caballero Bonald en su esclarecedor pr¢logo- ®la pausaday met¢dica decantaci¢n, la cifra terminante del corpus narrativo deJuan Carlos Onetti¯. Durante estos treinta y cuatro a¤os se publican,aparte de las dos novelas citadas, La cara de la desgracia (1960),Jacob y el otro (1961), El astillero (1961), Tan triste como ella(1963), Juntacad veres (1964), La muerte y la ni¤a (1973), Dejemoshablar al viento (1979) y Cuando entonces (1987), obras de envergadura muy dispar pero todas magistrales por razones en definitivaconcurrentes, dado que en todas ellas el arte narrativo de Onetti, yaen plenitud, se despliega con su peculiar intensidad. La mayor partede estas novelas ingresan en el espacio m¡tico de Santa Mar¡a,alumbrado ya en La vida breve (1950) y que constituye el trasfondo decerril y obstinada desolaci¢n sobre el que se perfilan unos personajes a menudo recurrentes, cuyos destinos se dejan entrever de un libro aotro, correspondiendo al lector la tarea de reconstruir, a veces apartir s¢lo de indicios muy fragmentarios, su delirio o su derrota.As¡ pasa con el doctor D¡az Grey, sin duda la presencia m s constanteen el orbe onettiano, o con Larsen, que protagoniza esa prodigiosasecuencia invertida que constituyen El astillero y Juntacad veres, dos t¡tulos mayores sobre los que se sustenta buena parte de la fama y la devoci¢n que la obra de Onetti no deja de cosechar. Al lado de estasdos cimas narrativas, nouvelles como La cara de la desgracia, Jacob yel otro o La muerte y la ni¤a, publicadas a menudo como simplesrelatos, son modelos de construcci¢n casi perfecta, en los que, consutil maestr¡a, el estilo de Onetti se muestra como nunca pre¤ado desugerencias.