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de CALONGE, EUSEBIO
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de CALONGE, EUSEBIO
La Zaranda est otra vez entre nosotros, en nuestras p ginas, ennuestros cat logos. ¨Y con qu cosa? ¨Siempre con lo mismo? ¨Pero esque se puede estar con otra cosa que no sea la misma vida, la mismaagon¡a, la misma muerte? S¡ que se puede, pero no es ese el papel quehay que esperar de La Zaranda. Su mensaje es, a fin de cuentas, comoel de unos toreros de la muerte, que sacaran su diversi¢n de lavecindad y hasta de la familiaridad con lo horrible. Pero La Zarandaes tambin un mensaje de misericordia. La Zaranda es un fen¢menoins¢lito e inclasificable en el panorama del teatro espa¤ol de las£ltimas dcadas, pero tambin es posible hallar, entre sus ra¡ces, elteatro de la muerte de Tadeusz Kantor y, lo que no ha sido todav¡arese¤ado por la cr¡tica, el legado literario de Valle Incl n. Lalectura de estos dos dramas aporta datos elocuentes para unadefinitiva valoraci¢n de un fen¢meno que resulta fascinante sobre losescenarios –,cuando pasa de la literatura a lastablas–, y cuya entidad se debe sobre todo, sin duda, alexcepcional talento y a la gran imaginaci¢n de sus componentes. Comoun organismo vivo –,y moribundo siempre, eternamentemoribundo–, reaparece siempre este testimonio andaluz yuniversal, hoy al alcance de los lectores en su entidad propiamenteliteraria: La puerta estrecha y Ni sombra de lo que fuimos. Unapuerta de los infiernos y caminos que no llevan a ninguna parte.
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