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de DUMONT, JEAN
de DUMONT, JEAN
«Que mis funerales se celebren donde se encuentre mi cuerpo,sencillamente y sin excesos, y que no haya monumento, ni estrado, nibaldaquino, ni colgaduras f£nebres, ni profusi¢n de cirios, solamentetrece encendidos a cada lado cuando se celebre el oficio divino».Quien hab¡a escrito esto en su testamento mor¡a literalmente -hechocasi desconocido- en lecho de paja. Sus donaciones y legados, y lasdeudas que dejaba por sus obras de caridad, obligar¡an a sus albaceastestamentarios a subastar sus bienes personales, caso £nico en lahistoria de las monarqu¡as. Y as¡, despojada de todo, la contemplar¡amuerta el joven Ignacio de Loyola a sus 16 a¤os. Isabel la Cat¢lica se reuni¢ finalmente, igual ndose a ellos, con los religiososobservantes que ella hab¡a llamado siempre a la pobreza y la entregacristianas.
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