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de SOBRINO, JON
de SOBRINO, JON
Ignacio Ellacuría moría asesinado -junto a cinco compañeros jesuitas y dos sencillas mujeres salvadoreñas- el 16 de noviembre de 1989. Moría donde había vivido: en el campus de la Universidad Centroamericana"José Simeón Cañas" (El Salvador), de donce era rector desde 1979.
Harían falta tesis doctorales para desentrañar su pensamientofilosófico, teológico y político, para referirlo a su acción ycontextualizarlo en el desarrollo de su rica personalidad. Se puedehablar de Ellacuría el vaso y el salvadoreño, el jesuita y elformador. Se puede hablar del filósofo y el teólogo. Deluniversitario, del político, del humanista, del hombre.Y se puede hablar del creyente que entregó conscientemente su sangrepor la justicia y la paz en El Salvador. Jon Sobrino, amigo ycompañero, dice en sus páginas de colaboración en este libro: "Antetodo y por encima de todo, eras un hombre de compasión y demisericordia, lo último dentro de ti, tus entrañas y tu corazón, seremovieron ante el inmenso dolor de este pueblo. Eso es lo que nuncate dejó en paz. Eso es lo que puso a funcionar tu creatividad. Tu vida no fue, pues, sólo servicio, sino el servicio específico de "bajar de la cruz a los pueblos crucificados". Y don Pedro Laín Entralgo lecalifica de Pharmakós, porque su pasión fue reconciliarnos con el serhumano que somos. De esa pasión habla, sobre todo, este libro. Un puñado de autores -dos de ellos supervivientes de la masacre donde Ellacuría perdió lavida- se acercan a su figura de hombre libre y verdadero. Y lo hacendesde distintas perspectivas, pues ninguna agota muchos registros deuna existencia sinfónica, poliédrica, alentada por el Espíritu demúltiples maneras, siendo la suprema de todas la disponibilidad paraentregar la vida.