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Evaluación Clínica
SANZ Y TORRES
2019
Psicología
978-84-17765-01-9
434
Bolsillo
Castellano

Evaluación Clínica

Diagnóstico, Formulación y Contrastación de los Trastornos Psicológicos

Carrasco Ortiz, Miguel Ángel

60,00 € 57,00 €
IVA incluido

La Evaluación Psicológica se ha convertido en la pieza imprescindible para empezar cualquier tipo de análisis de la conducta humana que pretenda atenerse a las normas de un conocimiento objetivo. Cuando esa conducta es patológica esto es reduplicativamente importante, puesto que ahí se trata de obtener la información necesaria para formular un diagnóstico y diseñar la planificación de la intervención. Es decir, se trata de una precisión sobre el qué con consecuencias sobre el cómo. Hay que reunir datos que permitan determinar el tipo de alteración que tenemos delante y además perfilar sus características en orden a establecer las líneas maestras de un tratamiento. Históricamente la acción diagnóstica ha estado ligada a la selección, la clasificación y el tratamiento y en ello se sigue aunque acerando la precisión del conocimiento que pueden hacerla más eficaz.
El primer paso evaluativo tiene necesariamente que hacer opciones que garanticen el consenso entre expertos y que construya un lenguaje común en el que todos se puedan entender. La universalidad es característica esencial de la ciencia. Es necesario el uso de conceptos unívocos, de modo que todos los profesionales entiendan lo mismo al hacer sus diagnósticos. En último término, diagnosticar consiste por lo pronto en denominar adecuadamente aquello que analizamos. Los manuales diagnósticos, tanto el DSM como el ICD, en sus diferentes ediciones, han facilitado grandemente ese lenguaje común entre expertos de diferentes orientaciones diagnósticas. Con ello se ha facilitado enormemente la comunicación de resultados entre profesionales. Ya solo por eso deberíamos estar eternamente agradecidos a los estudiosos que han gastado su tiempo y su esfuerzo en conseguir establecer ese lenguaje comunitario.
Sin embargo, esto no basta a la hora de conseguir una correcta evaluación de un sujeto. Ha habido enormes críticas sobre la aplicación de criterios diagnósticos por diferentes profesionales y su fiabilidad. Es imprescindible una precisión más, a saber, el cuantificar adecuadamente la conducta patológica considerándola como un continuo que se extendiese entre los polos de la normalidad y la patología. Esta necesidad ha hecho florecer una y otra vez las técnicas de evaluación que complementan los criterios y los enriquecen. Tanto la observación directa de la conducta, como la autoinformación y la heteroinformación logran cubrir con registros y con preguntas concretas las distintas formas de presentarse en concreto los distintos elementos patológicos característicos de cada perturbación. La combinación de las metodologías categorial y dimensional cierra el círculo y permite orientar el diagnóstico con una seguridad mayor. A última hora el uso del multimétodo más completo y complejo es lo que actualmente recomiendan todos los expertos.
Tenemos que decir qué le pasa a un sujeto que busca ayuda y luego perfilar cuáles son sus posibles soluciones. Esto sólo se consigue, cuando se logra, aplicando los saberes de la ciencia a un sujeto determinado. En el diagnóstico se conjugan armónicamente teoría y aplicación. En la aplicación es esencial tener en cuenta al sujeto en su contexto familiar, profesional, cultural y trascendental para no olvidar ninguno de los círculos en que cada individuo se inscribe. Y esto, precisamente, es lo que se pretende presentar en este texto.
El enfoque y la orientación de este libro han seguido las consignas de la Evaluación Basada en la Evidencia EBA (Evidence Based Assessment), es decir, una evaluación útil y científicamente fundada. Desde esta perspectiva hemos tratado de incorporar los resultados de la investigación psicológica para la selección de los constructos considerados como más relevantes a la hora de evaluar, y para la propuesta de técnicas e instrumentos específicos que permitan una contrastación rigurosa, válida y fiable.
Los contenidos aquí propuestos tienen por objeto proporcionar información científica relevante y ser así herramientas que permitan una toma de decisiones en que el evaluador formule y contraste hipótesis integrando la información recabada. Se trata de que el evaluador, dentro de un contexto clínico: identifique y delimite el problema que tiene delante, formule hipótesis predictivas y explicativas, y las contraste mediante los procedimientos que proporciona la Evaluación Psicológica.
El lector comprobará que los diferentes capítulos de la obra comparten una estructura similar compatible con las fases del proceso de evaluación: presentan un análisis del problema y contrastación de hipótesis diagnósticas, evaluación para la conceptualización y planificación de la intervención del problema clínico, y evaluación para el tratamiento, su progreso y los resultados de la intervención. En cada uno se incluye una última sección que ofrece un protocolo básico para la evaluación del trastorno en cuestión.
Por razones puramente didácticas, los diferentes capítulos se organizan en cinco bloques de contenido: 1) Aspectos Conceptuales Básicos, con los principios básicos de la Evaluación Clínica (objetivos, proceso, criterios de calidad científica y ética, herramientas básicas, habilidades…); 2) Trastornos del Neurodesarrollo, del Control de Impulsos y de la Personalidad, en que se incluyen los contenidos relacionados con la evaluación de los trastornos con un eje claramente evolutivo en su etiología y aparición; 3) Trastornos de Ansiedad, del Estado de Ánimo y Relacionados con Experiencias Traumáticas y Estresantes, bloque que agrupa los aspectos relativos a la alteración emocional y la adaptación desajustada a las situaciones estresantes vividas; 4) Trastornos Relacionados con las Alteraciones Psicóticas y de los Procesos Cognitivos Básicos, bloque temático que trata los trastornos mentales caracterizados por la presencia de alteraciones en la conciencia de enfermedad, percepción, pensamiento, memoria y el propio sentido de la identidad; y 5) Trastornos Relacionados con Alteraciones de las Funciones Fisiológicas, la Conducta Sexual y Adictiva y los Síntomas Somáticos, donde se abordan los problemas psicológicos que giran en torno a una función fisiológica fundamental (e.g., alimentación, eliminación) así como conductas en que la función corporal juega un papel relevante.

Miguel Ángel Carrasco Ortíz

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