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de DOBRY,EDGARDO
de DOBRY,EDGARDO
Un peregrino que protagonizara no las Soledades, sino el caos delmundo en la era feroz del postcapital, y observara la mercanc¡aconsumida y la mercanc¡a por consumir, y supiera que hay a£n un resto, la l¡rica, parece dar voz a Contratiempo. Ni eleg¡a ni himno sonposibles, sino una m¢vil ubicuidad de la percepci¢n y la memoria, unasonoridad que patina y hace que el sentido rehuya la fijeza.Desubicado, sabe tambin que el aura perdida proyecta su sombra hastaen las fotocopias, y que la analog¡a una y otra vez trata de colarseen la iron¡a. As¡, contra una lengua que presiente demasiado cargadade unidad, la del poema trabaja all y ac como un continuum, poemasextraordinarios: ac y all libremente, necesariamente. El viaje delpoeta y de la historia se cruzan en un cielo que es "la zona /necrosada de la lengua, / cada uno revelado por el otro". La intimidad y la conciencia pol¡tica exploran la lucidez de ese espacio. OlvidoGarc¡a Valds