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de PABLO DI FIDIO
de PABLO DI FIDIO
Una fábula mística que describe elextraordinario viaje del alma. LOS CUADERNOS PÓSTUMOS DEABRAHAM BARUK Poco antes de morir, mi padre me confió nuevecuadernos escritos de su puño y letra con tinta de varios colores,principalmente violeta. Eran nueve partes de un libro tituladoAkula, el libro que le había empujadoa la locura. -Sonlas nueve llaves -me dijo-. Si aprendes a usarlas, podrás abrir conellas las nueve puertas. «Sí, claro, lo que tú digas? ¡Nuncalos leeré!», este fue el pensamiento que cruzó mi mente,incendiándola, mientras clavaba mis ojos adolescentes en una esquinade la habitación. Estaba furioso. No aceptaba el hecho de quemi padre se hubiese vuelto loco. Y lo que más me irritaba, hastasacarme de quicio, era que me entregase esos dichosos cuadernos en sulecho de muerte, como si de un maravilloso tesoro se tratara.Metí los cuadernos en un cajón y no los saqué de allí hastaveintiocho años después. Solo ahora, que por fin los he leído,he comprendido lo que entonces no podía comprender. Mi padre no sehabía vuelto loco. Su aparente locura era, en realidad, lamanifestación de un estado de conciencia que va más allá de la menteordinaria. Era un estado de iluminación mística. Los «locos de Dios»viven en un mundo que es incomprensible para la mente humana, porqueen ese mundo la mente humana hasido trascendida. Y Akulaes precisamente eso: una fábula mística que trasciende el tiempo y el espacio, un cuento imposible que describe el extraordinario viajedel alma. Por lo que él mismo dice en la carta que me escribióal final del prólogo, está claro que mi padre sabía que su libro nosería publicado hasta muchos años después. Sin embargo, eso no parecía preocuparle en absoluto. Vivía en un estado de beatitud tan profundaque el ruido y la locura del mundo no le afectaban lo más mínimo.Hoy, sus cuadernos ven por fin la luz. Y yo siento la alegría delreencuentro, sabiendo que mi padre me ha perdonado por miincomprensiónde entonces, esa incomprensión y ese resentimiento quehan tenido encerrada en un cajón, durante veintiocho años, lamaravillosa historia de Akula.