¿Necesitas ayuda? Llámanos al 967 225 863
de VÍCTOR ÁBALOS VILLARREAL
de VÍCTOR ÁBALOS VILLARREAL
«Aquel día me encontraba pidiendo monedas donde siempre, pero antes de ir pasé primero por el santuario de mi padrecito Hurtado, donde descansan sus restos. Me arrodillé ante él y en ese minuto mi vida cambió. Antes de eso no creía en nada, así que le pedí, con mucha fe, que me desgarrara, que me sacara la piel; le pedí que intercediera ante mi amigo, el Flaco Cruz, para que él, solo él me demostrara que existía porque de seguir así como estaba, mi vida no valdría nada».