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de GERMÁN BORDA CAMACHO
de GERMÁN BORDA CAMACHO
He escrito este libro, una colmena de poesías, entre caminada y caminada
en las calles de Viena. En sus cafés, guaridas de mí ya lejana
juventud, y en la extraordinaria Granada. Convertí sus mesas en
improvisado escritorio.
¿Por qué escribo? Quizás si lo supiera no lo
haría. La respuesta manida de conocerse a sí mismo, es tan vaga como
cierta. La ambición de adentrarme en varios y diversos ofi cios del
arte, y de la mayor acción creativa, es la verdadera, desmedida, y como
mucho en mi precaria existencia, inalcanzable.
Aquí he vertido
constantes de mi vida, la soledad; el entrañable amor al misterio; las
urbes inconexas; los paraísos oníricos. Incógnitas e incógnitas de un
trasegar ilímite en una geología gigantesca, insondable; el trasfondo de
la psique. He navegado irresponsable y osado por sus terrenos oscuros e
indescifrables.
La resultante, este mapa.
La figura de Rafael
Alberti, en una foto, de blazer, fular y yate de play boy me había
vacunado contra su poesía y me hizo olvidarlo cuando estudiaba las
letras hispánicas. Momento en que lo admire con todo el entusiasmo.
Este
texto que redescubrí en su casa del Puerto me hizo pedirle excusas y es
en gran parte el culpable poético que he acometido. Antes de citarlo
debo confesar que cada vez que concluyo un poema, una novela, una
creación musical me siento culpable de
algo irremediable.